11 de noviembre de 2017

LA SABIDURÍA SALE AL PASO EN CADA PENSAMIENTO


LA SABIDURÍA SALE AL PASO EN CADA PENSAMIENTO
Reflexión homilética para el XXXII domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A
Las lecturas de este día nos hablan de distintas formas del encuentro profundo con el Señor, especialmente bajo la imagen de la sabiduría y del esposo.
*       Libro de la Sabiduría
El libro de la Sabiduría es el más cercano cronológicamente a nosotros, del Antiguo Testamento,  porque fue escrito entre los años 30 AC. Y 14 DC.

Nos habla de la Sabiduría de Dios que los Santos Padres interpretan de una manera especial refiriéndola al Espíritu Santo o bien al Hijo de Dios, Sabiduría (Palabra) engendrada por el Padre.
Podemos leer el párrafo como referido a Dios en el sentido de que la Sabiduría es como su personificación.
Si atribuimos la sabiduría al Hijo, lo invocamos y pedimos que venga a nosotros con todo lo que Él es e hizo en este mundo como Palabra del Padre y Redentor. Si lo atribuimos al Espíritu Santo podemos invocarlo con la Iglesia que repite frecuentemente: “¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles!”.
Lo bueno de la Sabiduría es que “la ven fácilmente los que la aman y la encuentran los que la buscan”.
Al párrafo de hoy le precede una invitación importante del mismo libro que dice así:
“Desead mis palabras, anheladlas y recibiréis instrucción”.
También advierte el hagiógrafo que quien tiene autoridad debe buscar la sabiduría para actuar bien.
*       Salmo (62)
A la sed de Dios responde la certeza de tenerlo para siempre en la eternidad.
Este salmo viene a confirmar la esperanza de este encuentro:
+ Gozo en la contemplación de Dios: “¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!”
+ Ansias de poseerlo: “Mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua”.
+ Deseo de vivir unido a Dios día y noche: “En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti”.
+ El salmo termina con una preciosa comparación que nos recuerda a la gallina que protege a sus polluelos, bajo cuyas alas sienten seguridad: “a la sombra de tus alas canto con júbilo”.
Así acoge Dios a los suyos.
*       Tesalonicenses
Para que no nos desesperemos como los paganos que no tienen esperanza de resurrección, Pablo nos habla de la muerte como un paso a la eternidad, donde encontraremos a Dios que es Sabiduría y Esposo. El esquema del párrafo es éste:
+ No nos aflijamos como los que no tienen esperanza.
+ Renovemos la fe: Cristo murió y resucitó; y Dios nos llevará con Él por medio de Jesús.
+ Dios nos convocará a todos por medio de los ángeles. Todos resucitaremos. Todos iremos “al encuentro con el Señor y así estaremos siempre con el Señor”.
+ Finalmente nos pide Pablo que nos consolemos mutuamente con estas palabras de fe.
¿Cuándo vas a un velorio sabes consolar desde la fe con las palabras que sugiere San Pablo?
*       Verso aleluyático
Recoge el consejo que nos da San Mateo para que no nos suceda lo que a las vírgenes necias, que no entraron en el banquete: “Estad en vela y preparados porque a la hora que menos pensáis viene el Hijo del hombre”.
*       Evangelio
Es muy conocido.
Las diez jóvenes invitadas para crear el ambiente de fiesta en la boda, esperaban al esposo. Como tardaba se durmieron. A medianoche un grito:
“¡Qué llega el esposo, salid a recibirlo!”
Al encender las lámparas cinco se encontraron con que no habían traído aceite de repuesto y dijeron las sensatas que lo más práctico era que fueran a comprar para que no les faltase a todas.
Cuando las necias quisieron entrar, el esposo las rechazó: “Se lo aseguro: no las conozco”.
Llama la atención que en otra oportunidad Jesús se presenta como el “Esposo”. Esta parábola, en cambio,  presenta a las jóvenes como doncellas que acompañan al esposo.
La comparación en el fondo es igual, porque  se trata de las bodas del Cordero.
Como conclusión podemos sacar estás:
+ A la Sabiduría debemos buscarla porque está cerca “y la encuentran los que la buscan... y les sale al paso en cada pensamiento”.
Sin duda esto nos recuerda el Apocalipsis: “Yo estoy a la puerta llamando”.
+ En la última comparación Dios viene como el Esposo. Para encontrarlo hay que estar vigilantes y preparados.
Estamos al final del año litúrgico, ¿cómo son tus relaciones con el Señor? ¿Estás preparado?

José Ignacio Alemany Grau, obispo